Así fue el kit de supervivencia que compraron los madrileños durante el apagón
El “gran apagón” que tuvo lugar este pasado lunes evidenció la importancia de algunos productos de primera necesidad, que en Madrid se agotaron en bazares y otras tiendas. Así se vivió en la capital.

El inesperado apagón que este lunes paralizó a España, Portugal y el sur de Francia, convirtió a Madrid en el escenario de una improvisada lucha por la supervivencia. Sin electricidad, transporte ni comunicaciones, millones de ciudadanos se vieron forzados a adaptarse a una situación inédita, recurriendo a linternas, radios y mecheros para hacer frente a la oscuridad.
La interrupción del suministro eléctrico, cuyas causas aún están siendo investigadas, comenzó alrededor del mediodía y provocó un caos que se extendió desde el subsuelo del Metro hasta los anaqueles de tiendas y supermercados. En ese contexto, los bazares regentados por ciudadanos chinos se convirtieron en el epicentro del consumo de emergencia.
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Lo que menos se utilizaba fue lo más demandado
“Primero se acabaron las pilas. Luego las radios, las linternas, los mecheros, hasta los hornillos de gas”, relató la dependienta del Hiper Asia, ubicado en el Paseo de la Castellana, para Telemadrid. Un panorama similar se vivió en el Asia Mark de la calle Bravo Murillo, donde la demanda fue tan intensa que se optó por restringir el para evitar aglomeraciones. “El encargado estaba en la puerta, filtrando la entrada. La gente le pedía directamente lo que necesitaba”, contó Carlos, un vecino de 73 años que se quedó atrapado en el Metro.
Las ferreterías también experimentaron un inusual pico de actividad. En la Ferretería Leonesa, en Castellana, las radios se agotaron en 15 minutos. “Nos han seguido preguntando por linternas, cerillas, camping gas e incluso barbacoas”, señalaron desde el local, que continuó operando con linternas solares y efectivo, pese a la falta de luz.
El dinero en efectivo se volvió indispensable, como descubrió Victoria para Telemadrid, de 58 años, quien tras comprar velas, se dio cuenta de que no tenía radio: “Ese fue nuestro gran error. Hemos hecho una lista para la próxima vez: efectivo, pilas y radio”.
Tiendas cerradas y bares repletos
Por otro lado, algunos supermercados, como el SuperCor Express, optaron por cerrar por seguridad tras quedarse a oscuras. Otros, como el Mercadona, lograron seguir operando gracias a generadores. “Se vendió todo: agua, leche, pan. No quedó ni una cuña de queso”, comentó Isabel, de 61 años. “Era como en el Covid. La gente llenaba los carros”.
Sin embargo, el humor y resiliencia española no tardaron en aparecer. Con la caída del sistema de transporte y la imposibilidad los bares —especialmente los que contaban con terrazas— se convirtieron en puntos de encuentro y refugio improvisado. Paradójicamente, el caos y descontrol se convirtió en la excusa perfecta para disfrutar del aire libre y la compañía. Sin móviles, cualquier persona era susceptible de establecer una conversación. Y de repente, en medio de una especie de normalización de lo atípico, las luces se encendieron en Madrid. A eso de las 22, “la gente chilló y aplaudió”, tal y como relató Carlos en Telemadrid.
Las autoridades aún no han esclarecido la causa del apagón, pero lo vivido este lunes dejó claro que, en cuestión de horas, la rutina puede convertirse en supervivencia. Y que incluso en los momentos de incertidumbre, la solidaridad y la resiliencia siguen encendiendo luces en medio de la oscuridad.
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