La caída del gobierno de Serbia: del accidente en una estación de tren al ‘colapso’ del país
Protestas masivas han sacudido al país durante varios meses, marcando uno de los desafíos más significativos para el gobierno del presidente Aleksandar Vučić, quien lleva más de una década en el poder.


El 19 de marzo cayó el gobierno serbio tras la renuncia presentada a finales de enero por el primer ministro, Milos Vucevic, tras meses de protestas por el derrumbe en noviembre de 2024 en la estación de tren de la ciudad de Novi Sad, que dejó 15 muertos. Protestas multitudinarias, sin partidos políticos al frente, que han situado al presidente Aleksandar Vučić contra las cuerdas.
Los universitarios llevan denunciando cuatro meses la corrupción del poder de Serbia, meses sin ir a clase, y ahora han emprendido una ruta por toda Europa para que su mensaje llegue a Estrasburgo. Vučić, primer ministro y luego presidente del país desde hace más de 10 años, fue Ministro de Información en la última época del condenado por crímenes de lesa humanidad Slobodan Milosevic.
¿Qué desencadenó las protestas?
El incidente de Novi Sad se convirtió en un símbolo de problemas más profundos: corrupción sistémica, negligencia en la infraestructura pública y falta de rendición de cuentas. Muchos culpan al gobierno por permitir prácticas de construcción deficientes y contratos opacos, lo que ha avivado el descontento general hacia Vučić y su partido, el Partido Progresista Serbio (SNS). Las protestas iniciales en Novi Sad se extendieron rápidamente a Belgrado y otras 400 ciudades y pueblos, transformándose en un movimiento nacional contra el autoritarismo y la corrupción.
¿Qué está pasando ahora?
- Escala y demandas: El 15 de marzo de 2025, más de 100.000 personas se reunieron en Belgrado en una de las mayores manifestaciones en décadas, exigiendo la renuncia de Vučić, elecciones anticipadas y reformas profundas para transparentar las instituciones. Los estudiantes, una fuerza clave, han bloqueado universidades y organizado acciones como “Serbia, para” (bloqueos de tráfico diarios de 11:52 a 12:08, simbolizando las vidas perdidas).
- Respuesta del gobierno: La presión llevó a la dimisión del primer ministro Miloš Vučević en enero de 2025, pero Vučić se ha negado a ceder más terreno, rechazando un gobierno transitorio y acusando a Occidente de orquestar las protestas para desestabilizar Serbia. Se han documentado intentos de desmovilizar a los manifestantes, como la cancelación del transporte público en Belgrado antes de grandes marchas.
- Tensión y violencia: Aunque las protestas han sido mayormente pacíficas, ha habido episodios de tensión. En el Parlamento, diputados opositores lanzaron bengalas en marzo, y se han denunciado casos de represión, como el supuesto uso de un “cañón sónico” contra manifestantes (negado por las autoridades). Vučić ha advertido sobre posibles enfrentamientos, mientras sus partidarios, incluyendo exparamilitares, se han movilizado en su defensa.
Contexto político y geopolítico
Vučić ha mantenido un equilibrio entre su candidatura a la Unión Europea y sus lazos históricos con Rusia, pero las sanciones estadounidenses recientes contra la industria petrolera serbia (NIS), vinculada a Gazprom, han complicado esta postura. Las protestas también reflejan un hartazgo con el autoritarismo: medios independientes se enfrentan a amenazas, y las elecciones de diciembre de 2024 fueron cuestionadas por irregularidades.
#BREAKING #Serbia #Hungary Serbian students who began their bicycle journey to Strasbourg have reached Budapest.
— The National Independent (@NationalIndNews) April 5, 2025
The goal of the trip is to draw the attention of European officials to students' demands and the current situation in Serbia. They were welcomed by Gergely… pic.twitter.com/qhNozglith
¿Hacia dónde va esta situación en Serbia?
El movimiento no tiene un liderazgo claro ni un plan definido más allá de exigir cambios, lo que dificulta prever el desenlace. Algunos analistas sugieren que Vučić podría resistir usando tácticas de desgaste o represión, mientras otros ven en las protestas el inicio de un cambio político significativo. Por ahora, Serbia está paralizada por huelgas, marchas y un clamor popular que no cede.
Qué piden los estudiantes
Las demandas de los manifestantes en Serbia son variadas y reflejan un amplio descontento con el gobierno actual. Aquí están algunas de las exigencias:
- Transparencia: Publicación de todos los documentos relacionados con la reconstrucción de la estación de tren de Novi Sad, donde ocurrió el trágico derrumbe.
- Justicia: Desestimación de cargos contra los detenidos y arrestados en las protestas.
- Responsabilidad: Presentación de cargos penales contra los agresores de estudiantes y profesores durante las manifestaciones.
- Educación: Aumento del presupuesto para la educación superior en un 20%.
- Corrupción: Lucha contra la corrupción y mayor transparencia en la istración pública.
- Renuncia del Presidente: Exigen la salida del presidente Aleksandar Vučić debido a la percepción de corrupción y falta de respuesta a las preocupaciones sociales y económicas.

Quién es Aleksandar Vučić
Aleksandar Vučić es el actual presidente de Serbia, un político que ha dominado la escena política del país durante más de una década. Nacido el 5 de marzo de 1970 en Belgrado, en lo que entonces era Yugoslavia, Vučić proviene de una familia con raíces en Bosnia, desplazada durante la Segunda Guerra Mundial. Estudió Derecho en la Universidad de Belgrado y se graduó en 1994, pero su carrera política comenzó mucho antes, cuando se unió al ultranacionalista Partido Radical Serbio (SRS) en 1993, a los 23 años.
Vučić empezó como un nacionalista radical. En los años ‘90, durante las guerras yugoslavas, fue un miembro destacado del SRS, liderado por Vojislav Šešelj. En 1995, se convirtió en su secretario general y en 1998 fue nombrado Ministro de Información bajo el régimen de Slobodan Milošević. En ese rol, impulsó medidas restrictivas contra la prensa, como multas a periodistas y el cierre de medios independientes, lo que le valió críticas por autoritarismo.
Tras la caída de Milošević en 2000, Vučić moderó su postura. En 2008, rompió con el SRS junto a Tomislav Nikolić para fundar el Partido Progresista Serbio (SNS), de corte populista y conservador. Este giro marcó su transformación de ultranacionalista a pragmático proeuropeo. El SNS ganó las elecciones parlamentarias de 2012, y Vučić asumió como Primer Viceprimer Ministro y Ministro de Defensa. En 2014, se convirtió en Primer Ministro, cargo que ocupó hasta 2017, cuando fue elegido presidente con el 55% de los votos en primera vuelta. Fue reelegido en 2022.
Como líder, Vučić ha consolidado un poder significativo, a menudo descrito como autoritario por sus críticos. Aunque promueve la integración de Serbia a la Unión Europea y ha impulsado reformas económicas (como la privatización y la liberalización), su gobierno ha sido acusado de erosionar la democracia. Se le critica por controlar los medios, presionar a la oposición y tolerar la corrupción. Freedom House clasifica a Serbia como una “democracia semicontrolada” bajo su mandato.
Política a tres bandas
A nivel internacional, Vučić ha jugado un papel de equilibrista: busca la adhesión a la UE, mantiene relaciones cordiales con Rusia (sin sumarse a sanciones por Ucrania) y ha fortalecido lazos con China, firmando acuerdos comerciales y recibiendo inversiones. También ha impulsado iniciativas como el “Open Balkan” para la cooperación económica regional.

A día de hoy, Vučić se enfrenta al mayor desafío de su carrera. Desde noviembre de 2024, tras el colapso de una marquesina en la estación de tren de Novi Sad que mató a 15 personas, Serbia vive protestas masivas lideradas por estudiantes que están llegando al resto de Europa. El incidente destapó acusaciones de corrupción y negligencia, y las manifestaciones han crecido hasta reunir a más de 100.000 personas en Belgrado el pasado mes de marzo.
Los manifestantes exigen su renuncia, elecciones anticipadas y un cambio sistémico. Vučić ha respondido con dimisiones simbólicas (como la del Primer Ministro Miloš Vučević) y promesas de un nuevo gobierno, pero se niega a ceder el poder, acusando a Occidente de interferir.
Vučić es un político muy inteligente, conocido por su habilidad para gestionar crisis y mantener alianzas diversas. Habla inglés y ruso con fluidez, es un lector voraz de historia y geopolítica, y se presenta como un líder pragmático que ha estabilizado Serbia económicamente. Sin embargo, su pasado nacionalista y las acusaciones de autoritarismo lo persiguen. Su futuro político está en juego: las protestas podrían marcar el fin de su era o consolidar aún más su control, dependiendo de cómo gestione esta crisis.
Así están afectando las protestas estudiantiles al país
Las protestas han profundizado la crisis política en Serbia, con una creciente desconfianza hacia las instituciones y el gobierno. La dimisión del primer ministro Miloš Vučević no ha logrado calmar las manifestaciones, que se han extendido a más de 200 ciudades.
Los manifestantes, liderados principalmente por estudiantes, están desafiando el poder del presidente, acusándolo de corrupción y autoritarismo. Este movimiento ha puesto en evidencia la fragilidad del gobierno actual.
Las protestas están impulsando demandas de reformas estructurales profundas, incluyendo la lucha contra la corrupción, la mejora de la transparencia y la independencia del poder judicial.
Las protestas también están afectando la geopolítica de la región. Serbia, que ha mantenido relaciones tanto con Occidente como con Rusia, se encuentra en una posición delicada. Los manifestantes buscan un cambio que podría alterar estas relaciones.
La Unión Europea, que ha sido un socio clave para Serbia, está observando de cerca la situación. Las protestas podrían influir en las negociaciones de adhesión de Serbia a la UE y en la implementación de reformas necesarias para avanzar en este proceso. Aunque ha mantenido una postura discreta, la Comisión Europea ha expresado su apoyo al Estado de derecho y la libertad de reunión. Las protestas podrían influir en las negociaciones de adhesión de Serbia a la UE, ya que la estabilidad política y las reformas son cruciales para avanzar en este proceso.
Lo que dicen los analistas de inteligencia
Fuentes de inteligencia consultadas por Diario AS afirman que lo que está pasando es que Serbia, y Hungría, están realizando una alianza militar de defensa mutua en oposición a la alianza de Croacia, Kosovo. Esto está significando que lo antes se generaba con un paraguas de la OTAN, están haciendo que surjan alianzas de los intereses estratégicos de países de corte nacionalista. “Es como si la OTAN se desmembra y, a partir de ahí, aparecen alianzas militares nuevas: se están descomponiendo los países de Europa, volviendo al siglo XIX, al Imperio Austro-Húngaro, o la época de alianzas de la II Guerra Mundial, los ustachas, las cruces flechadas de Hungría”.
El problema del petróleo ruso en Serbia
Conviene no perder de vista a la petrolera serbia NIS, que está teniendo dificultades para comprar petróleo a comerciantes en el extranjero, mientras que en el país sus antiguos clientes están buscando proveedores de combustibles alternativos debido a que las sanciones pendientes de Estados Unidos han afectado sus operaciones.
NIS es propiedad mayoritaria de las rusas Gazprom Neft y Gazprom, y como tal es uno de los últimos activos petroleros que le quedan a Rusia en Europa. Es crucial para la seguridad energética de Serbia, ya que opera la única refinería de petróleo del país balcánico. NIS suministra alrededor del 80% de la gasolina y el diésel de Serbia, y el 90% o más del combustible para aviones y el fueloil pesado.
Sin embargo, las recientes dificultades de la compañía ponen de manifiesto lo que podría suceder si las sanciones estadounidenses entran en vigor, con el presidente advirtiendo que Serbia podría perder el a las importaciones de petróleo.
El suministro de crudo de la compañía llega a través del oleoducto Janaf, que promedia alrededor de 28.000 barriles por día este año, según el proveedor global de datos y análisis en tiempo real Kpler. Eso se compara con 40.000 bpd en 2024 y 70.000 bpd en 2023.
Mientras tanto, los proveedores de combustible OMV, de Austria, y Eko, de propiedad griega, ahora están importando combustibles de transporte clave para sus redes minoristas serbias en lugar de comprar de NIS, dijeron las compañías a Reuters. OMV está importando combustibles en barcazas del río Danubio desde otras refinerías europeas, mientras que Eko está suministrando productos de Grecia. Ambas compañías suspendieron las compras de combustible de NIS debido a las sanciones de EE. UU.
Las relaciones entre Serbia y Estados Unidos bajo la presidencia de Aleksandar Vučić han sido de carácter mixto, se podría decir. Recientemente, ha expresado su esperanza de fortalecer los vínculos con Estados Unidos, especialmente tras la reelección de Donald Trump. El presidente serbio ha destacado oportunidades de cooperación en áreas como la economía, la energía y la seguridad. Sin embargo, estas relaciones también se enfrentan a diferentes desafíos debido a las tensiones geopolíticas y la influencia de Rusia y China en la región. A pesar de estos desafíos, Serbia busca diversificar su portafolio energético y atraer inversiones estadounidenses.
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