La advertencia del Ministerio de defensa chino a Estados Unidos por aviones de combate F-16: “Seguimos tomando medidas decisivas”
La venta de cazas a Taiwán y Filipinas no sentó bien en Pekín, hasta el punto de anunciar medidas decisivas para “contrarrestar las amenazas” y calificar la acción de “doble rasero”.
La relación entre China y Estados Unidos no solo se atañe al ámbito comercial, con los aranceles recíprocos entre ambos países a la orden del día. También en lo que respecta al plano militar, en el que Washington brinda apoyo a Taiwán y a Filipinas, con el que mantiene disputas territoriales.
Taipéi, por ejemplo, recibió el pasado marzo 66 unidades del F-16 fabricados en territorio norteamericano, mientras que Manila ya ha realizado su solicitud a Estados Unidos para recibir los cazas próximamente. Sobre esta acción de brindar aviones de combate a sus socios en Asia, China cargó contra el país presidido por Donald Trump.
Desde el gigante asiático calificaron la maniobra como de “doble rasero” ya que, según su punto de vista, afecta directamente al concepto de una sola China. Además, acusaron a Estados Unidos de interferir en los asuntos internos del país. “Seguimos tomando medidas decisivas para contrarrestar las amenazas”, respondieron desde Estados Unidos, según informó Newsweek.
Un recorrido por las aeronaves del Ejército español
No es la primera vez que despierta recelo en China la relación que mantienen Estados Unidos y Taiwán. Dos años atrás, el portavoz del Ministerio de Defensa de China, Mao Ning, manifestó la oposición del país chino “a cualquier intercambio oficial entre Taiwán y Estados Unidos”, después de la visita de autoridades estadounidenses a terreno taiwanés cuando Joe Biden era presidente.
El origen de la guerra entre China y Taiwán no es nuevo, sino que comenzó en el siglo pasado, cuando Taiwán empezó a gobernarse de forma autónoma, después de que el ejército nacionalista chino se retirase tras sufrir una derrota ante las tropas comunistas en la guerra civil. China reclama la soberanía de la isla, considerada por Pekín como una provincia “rebelde”. En caso de conflicto, Estados Unidos podría entran en su defensa.
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