Las personas con este tipo de sangre tienen mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular
Los accidentes cerebrovasculares, o ictus, suceden cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene y, según un estudio, las probabilidades aumentan con este grupo sanguíneo.

En la salud cerebral, cada aspecto importa, y cuando la edad es avanzada, aún más. Ictus, accidentes, derrames, ataques. Son muchas las formas de denominar a los enfermedades cerebrovasculares. Según un estudio de la Universidad de Maryland, hay un factor añadido de riesgo para estas afecciones: el grupo sanguíneo podría ser una variable silenciosa que aumenta o reduce la probabilidad de sufrir un ictus antes de cumplir los 60.
Y, concretamente, un grupo concentra el mayor porcentaje. El tipo A tendría hasta un 16% más de opciones de padecer un accidente cerebrovascular precoz. Por el contrario el grupo 0 estaría algo más protegido, con un 12% menos de riesgo.
La investigación, publicada en la revista Neurology, analizó el perfil genético de casi 17.000 pacientes que habían sufrido un ictus entre los 18 y 59 años, comparándolo con los datos de más de 600.000 personas sanas. “Cada vez vemos más ictus en adultos jóvenes, y no siempre se explican por los factores clásicos”, explica el Dr. Steven H. Kittner, autor principal del estudio.
En el análisis cualitativo y cuantificativo, se ha descubierto la relación entre el tipo de sangre y las probabilidades de accidente cerebrovascular o ictus, sin embargo, no se sabe por qué es así. Según los científicos, la hipótesis puede ser su posible implicación en los mecanismos de coagulación, como la acción de las plaquetas, proteínas y células de los vasos sanguíneos, los cuales condicionan el corte del flujo de sangre en el cerebro causante del ataque.
En España, los ictus y accidentes de este estilo son una de las problemáticas más letales. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se registran unos 120.000 casos. De ellos, más de 40.000 personas fallecen o sufren una discapacidad severa. Se trata de la primera causa de muerte entre las mujeres españolas y la segunda en la población general, lo que convierte a esta enfermedad en una auténtica prioridad sanitaria, según la institución.
¿Cómo se reconoce un ictus a tiempo?
La rapidez lo es todo. Actuar en los primeros minutos es fundamental para minimizar las consecuencias de un accidente cerebrovascular. Según la SEN, percibir cierta debilidad y entumecimiento en la cara, brazo o pierna es un síntoma claro de que se está sufriendo un ictus. Más adelante, algunas señales pueden ser visión borrosa o pérdida de la misma, dificultad para hablar, mareos o pérdidas de equilibrio o, el más común, dolor de cabeza intenso y súbito, sin causa aparente.
Ante cualquiera de estos indicios, la recomendación principal es pedir asistencia médica, más rápidamente, al 112. E independientemente de la edad, considerar que puede ocurrir. Porque la ciencia lo demuestra, los derrames cerebrales no son solo cosa de personas mayores, a cualquiera le puede pasar, y también se puede salvar.
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